Nutri-Score que es un sistema de etiquetado que va situado en la parte frontal de los envases de los alimentos y que funciona como una especie de semáforo con un código de 5 colores. Del verde al naranja oscuro, y 5 letras, de la A hasta la E. La letra A y el color verde oscuro se corresponden con la mejor valoración y la E y el color naranja oscuro con la peor calificación.
Sin embargo, este sistema ha recibido críticas desde su implantación por diversas razones. Una de ellas es la necesidad de mejora de la valoración para el aceite de oliva. Que asegure la coherencia del modelo con las recomendaciones nutricionales en España, ya que el aceite de oliva es un elemento básico de la dieta mediterránea.
Nutri- Score y el aceite de oliva
El Aceite de oliva comenzó recibiendo una D, que es casi la peor puntuación, algo muy llamativo para una grasa de la calidad del aceite de oliva.
La cuestión se solventó incluyendo el aceite de oliva en el grupo de las frutas, verduras, legumbres y frutos secos. La misma consideración se tuvo con el aceite de colza y con el de nuez. Así, el aceite de oliva se beneficiaba de la buena puntuación del grupo de alimentos en el que se incluyó, el de las frutas. Sin embargo, no era una puntuación realista y sigue sin ser buena puntuación en el sistema.
El aceite de oliva se encontraba en Nutri-Score mejor clasificado, con la letra C, que otros aceites como los de soja, girasol (el segundo consumido por los españoles) y maíz (clasificados D), o los de coco o palma (clasificados E), y también mejor que las grasas de origen animal como la mantequilla (clasificada E), debido a su perfil lipídico, lo que confiere al aceite de oliva una elevada calidad nutricional.
Mejora en la puntuación del aceite de oliva
La nueva modificación propuesta lo que hace es crear un algoritmo diferenciado para el grupo de grasas, aceites, frutos secos y semillas que en principio mejora su calificación. Diferenciando mejor las diferentes cualidades de los lípidos. Lo que el aceite de oliva consigue tener una B. Manteniéndolo, como aceite de fruto que es y no de semilla, en el grupo de las frutas, hortalizas y legumbres, lo mismo que se hace con el aceite de aguacate, en vez de incluirlo en el grupo donde están el grueso de los aceites, es decir, los de semillas. Así mismo, los aceites con bajo contenido en ácidos grasos saturados (colza, nuez, girasol) reciben una C. Puntuaciones que hasta ahora eran imposibles que ningún aceite o grasa consiguiese, porque Nutri-Score penaliza en general el contenido en energía de los alimentos. Y los aceites tienen una densidad energética alta.
Esta nueva clasificación es totalmente coherente con las recomendaciones de salud pública. Tanto en España como en otros países, no impulsan a consumir el aceite de oliva sin límites, aunque sí recomiendan a los consumidores priorizar el aceite de oliva con respecto a los demás aceites vegetales y, sobre todo, con respecto a las grasas de origen animal.
… pero no llega a conseguir una A
Una de las razones por las que con el actual sistema es imposible que el aceite de oliva, ni tan siquiera el virgen y el virgen extra, reciban esa codiciada A es porque Nutri-Score solo tiene en cuenta los ácidos grasos saturados, pero no los componentes menores como antioxidantes, compuestos fenólicos, vitamina E o esteroles de planta “que dan al aceite de oliva virgen el valor que tiene y le confieren propiedades saludables”, así como tampoco los ácidos grasos monoinsaturados o poliinsaturados, incluyendo los omega 3, 6 y 9.
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